Hace unas
semanas trabajamos la herramienta del teatro aplicado a la educación, algo
bastante novedoso para nosotros, ya que apenas lo habíamos trabajado antes.
El teatro
aplicado tiene un gran valor educativo, ya que funciona a través de una persona
que realiza funciones de facilitación, parte de una escritura colectiva y
cooperativa del texto, y tiene como producto una creación colectiva de la obra.
Hace un par
de días asistimos a una representación teatral, impulsada por la profesora de
educación internacional, donde se representaban, con un cierto toque
sarcástico, las situaciones más polémicas que tenían lugar en un campo de
refugiados. En nuestra opinión, fue una experiencia muy enriquecedora ya que,
al formar parte de la obra, no sólo como espectadores, sino como actores
también, pudimos experimentar cómo pueden llegar a sentirse éstas personas que
se encuentran en situaciones tan extremas. Simplemente con la participación del
público en la obra, algo que a primera vista parece no influir mucho en la
representación, consiguieron desarrollar en nosotros y nosotras un sentimiento
de empatía con las personas que viven esta situación, nos emocionamos, fue una
experiencia maravillosa.
Teatro del
oprimido.
“El teatro puede ser practicado por
cualquier persona (aunque no sea un artista), en cualquier lugar (aunque no sea
un teatro), así como el fútbol puede ser practicado por cualquier persona,
aunque no sea un atleta, y en cualquier lugar aunque no sea un campo
reglamentario” Boal, 1975.
El teatro
del oprimido es una técnica que, al reunir diversas técnicas teatrales que
pretenden desmecanizar física e intelectualmente a sus participantes, tiene
infinidad de posibilidades. Como experiencia personal, estas últimas semanas en
las sesiones prácticas hemos estado trabajando el teatro, y la gran mayoría de
la clase coincidimos en que es una técnica que nunca antes habíamos trabajado,
pero que nos ha animado a asistir con otro espíritu a clase, mucho más
participativo.
“El teatro nace cuando el ser humano descubre
que puede observarse a sí mismo y, a partir de ese descubrimiento, empieza a
inventar otras maneras de obrar. Descubre que puede mirarse en el acto de
mirar; mirarse en acción, mirarse en situación. Mirándose, comprende lo que es,
descubre lo que no es e imagina lo que puede llegar a ser.” Boal (2004).
En este vídeo podemos apreciar una de las técnicas que hemos trabajado en clase, que consiste en representar una escena de opresión y, tras la representación, el público aporta su perspectiva, pensamientos y posibles soluciones ante esta situación de opresión representada.
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